Hace unos días, después de una noche de diversión porteña, estaba a esos de las 11 de la mañana acostado con mi polola. Empezamos a mostrar leves señales de vida y de un momento a otro nos dimos cuenta que no podíamos seguir durmiendo.
En eso ella sugirió que prendiéramos la tele, pero le quité el control y me levanté a encender la luz de mi pecera a la cual había comprado 2 peces nuevos el día anterior y se los quería mostrar.
Acogidos por la hermosa imagen de mi pecera su luz, el constante y hermoso movimiento de los peces sumado a una gran gama de colores; empezamos a hablar sobre ella. Comentábamos lo bonito que se veía, como la había adornado y como estos 2 inquilinos nuevos le daban vida al mini ecosistema.
Luego de unos minutos de hablar de peces, la conversación derivó en otros temas. Universidad, modos de ver la vida, estilos de personalidad, cómo criar a tus hijos, etc. La paleta de temas fue interminable. Sin darnos cuenta habíamos conversado alrededor de 3 horas y media, y con una leve caña que nos invadía.
Mi Pecera |
Hoy en día vivimos en una sociedad invadida por la televisión, facebook y Smartphones. Lo cual tiene muy dañado al diálogo real. Me refiero a conversar y ESCUCHAR, no oír, lo que la otra persona dice. Tratar de ponerse en su lugar para saber cómo se siente y por qué dice lo que esta diciendo.
A esa mañana de conversación fluida con mi polola, que se nos pasó volando. Le atribuyo el éxito 100% a mi pecera. Su DINAMISMO PASIVO NO INVASIVO, nos permitió tener una conversación activa y enfocada todo momento.
ME EXPLICO
Si hubiera encendido la tele como dijo mi polola, es obvio que este monstruo hubiera captado toda nuestra atención y los temas de conversación no variarían más allá de lo que estén dando. Además del desgaste físico que implica ver televisión 3 horas y media que fue lo que duró nuestra conversación.
Por el otro lado, si estuviera la tele apagado y yo estuviese mirando la muralla. Aunque la Pame me contase la historia más increíble y e interesante del mundo, al cabo de una o un par de horas, mi atención habría disminuido notablemente.
Lo que logró la pecera con su dinamismo fue captar nuestra atención constantemente. Pero al no ser tan invasiva, como la televisión, no se apodera 100% de tu atención y te deja en un nivel extraordinariamente balanceado entre ATENCIÓN, CONCENTRACIÓN y RELAJO.
Dinamismo y tranquilidad, dos términos opuestos que se combinan. |
Al comentar esta experiencia con mi familia, mi mamá que fue la que más me pescó. Ella me dijo que pasaba algo muy parecido cuando la gente conversaba con una chimenea o fogata de fondo. Tiene toda la razón, se aplica el mismo concepto de dinamismo pasivo. Uno puede tener una acogedora conversación acobijado por el calor del fuego y su hermoso baile. Claro sumar una pecera y un fueguito sería exceso de ruido y terminaría con robarse gran parte de tu atención, a menos que alguien sepa combinarlos bien; ahora que lo pienso eso es interesante tendré que darle un par de vueltas en mi cabeza. Lectores míos acaban de ser testigos del proceso creativo jajaja.
Díganme que no les motiva más tener una conversación ahí. |
Lo que me cautiva de este hallazgo, son sus múltiples aplicaciones.Imagínense llevar esto a un salón de clase, rompería todo el esquema de profesor hablando continuamente y muy poca propuesta de parte de los alumnos. O llevarlo a la consulta de un psicólogo, o a una sala de conferencias y discusiones. Todos tendrían su mente activa y atenta.
CONCLUSIÓN.
Para terminar con esta idea lo que puedo concluir, es que la pecera generó diálogo natural y fluido. Este año hemos estado estudiando en la U los espacios creativos, que buscan potenciar la creatividad para generar ideas nuevas. Yo pienso que al haber un diálogo constante, las ideas fluyen naturalmente. Es por eso que la pecera es una fuente de ideas, genera y estimula el diálogo; el cual es el medio de transporte natural de las ideas. Por lo tanto pecera implica diálogo lo cual implica ideas nuevas y refrescantes.
Humildemente, muchas gracias por leer.
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